¿Calentar toda la vivienda o solo una estancia? Sistemas complementarios para calentar tu hogar
¡Qué bien se está aquí!
Si cuando has leído esta frase te has imaginado entrando en casa y notando ese calorcito agradable que te indica que todo en tu sistema está funcionando a la perfección, este artículo te interesa.
Con la llegada del frío, parece que solo hay que encender la calefacción y a disfrutar. Pero ¿qué ocurre cuando descubres que la habitación en la que tienes que trabajar ha resultado ser la más fría de casa, cuando se avería la caldera y te quedas sin calefacción o si hay una subida repentina en los precios de la energía?
En esos momentos nuestra forma de pensar cambia y tener a mano recursos y aparatos que complementan nuestros sistemas de climatización puede marcar la diferencia entre pasar unos días incómodos o estar preparados para cualquier circunstancia, manteniendo nuestro hogar cálido y acogedor.
7 recursos efectivos para calentar tu casa… o solo una
habitación
Mientras que para algunas personas la opción ideal es calentar toda la casa y mantener una temperatura constante en todas las habitaciones, otras deciden calentar solo la estancia en la que se encuentran habitualmente.
¿La mejor decisión? Depende.
No tendrás las mismas necesidades si vives solo en casa, si tienes niños pequeños o convives con una persona mayor.
Tampoco si pasas 8 horas fuera de casa, si pasas mucho tiempo en una habitación o si hay gente que se mueve a lo largo del día por varias habitaciones.
En cualquier caso, hay algunos recursos fáciles de usar que te ayudarán a aprovechar al máximo tu sistema de calefacción y que te pueden salvar de pasar frío si ocurre un imprevisto, como una avería que te deje sin calefacción o una subida repentina de los precios de la energía.
Sistemas de calefacción portátiles
Si no tienes calefacción o necesitas un sistema para calentar solo una zona, de manera más o menos esporádica, pueden ser muy prácticos y versátiles.
Calientan de forma rápida y no necesitan instalaciones complejas. Además, puedes trasladarlos de una estancia a otra para calentar solo las zonas que necesitas.
Radiadores eléctricos
Se trata de uno de los sistemas de climatización más populares para calentar espacios pequeños y medianos.
Son muy fáciles de utilizar y proporcionan un calor constante que puede caldear una habitación en cuestión de pocos minutos.
Se basan en el uso de resistencias eléctricas combinadas con diversos materiales para generar calor.
Radiadores de aceite: La resistencia se encuentra sumergida en aceite que, cuando se calienta, transmite el calor. Tardan un poco más en calentar una estancia y son los más incómodos de mover ya que el peso del aceite los hace bastante pesados.
Calefactores o termoventiladores: hacen pasar aire a través de las resistencias calientes, por lo que calientan muy rápido la estancia, pero su consumo es más elevado. Los hay de muchos tamaños y algunos incluso se pueden instalar directamente en la pared, si necesitas una instalación fija.
Este tipo de radiadores suelen ser muy eficientes en términos de energía, ya que calientan la habitación de manera rápida y uniforme y muchos de ellos incorporan termostatos y sensores para apagarse de forma automática cuando la habitación ya está caldeada.
Radiadores de mica: estos radiadores utilizan mica, que es un mineral con gran capacidad para conducir la electricidad y resistir las altas temperaturas. Cuando la electricidad pasa a través de la mica, se genera calor que es emitido al ambiente, calentando la estancia muy rápido.
Son muy efectivos para calentar estancias pequeñas, cerradas, donde el calor puede mantenerse con facilidad. Además, son bastante finos, por lo que resulta fácil trasladarlo a las estancias de la casa que sea necesario calentar.
Estufas de butano
Las estufas de butano son uno de los Sistemas de calefacción portátiles más populares debido a que calientan mucho, son muy fáciles de utilizar y el butano es un combustible relativamente barato.
Su principal ventaja es que son capaces de calentar una estancia en muy poco tiempo y puedes moverlas fácilmente de una habitación a otra, según tus necesidades.
También puede ser uno de los sistemas más peligrosos si no se utilizan bien. Para evitar la acumulación de gases y las situaciones de riesgo, hay que revisar la estufa y asegurarse de que está en buenas condiciones y sin fugas, así como mantener bien ventilada la habitación en la que se encuentra.
Aísla puertas y ventanas para aprovechar el calor al máximo
Aunque lo ideal sería contar con un buen aislamiento térmico en toda la casa o el edificio, en ocasiones esto no resulta posible.
Optimizar por completo el aislamiento puede suponer obras costosas y que llevan mucho tiempo o, incluso, depender de la aprobación del resto de vecinos.
Pero aunque tus circunstancias no te permitan acometer todas las acciones necesarias para tener el mejor aislamiento en casa, siempre puedes mejorarlo con opciones fáciles de instalar y de bajo coste, como estas:
Film adhesivo para las ventanas
El film adhesivo es una solución de aislamiento térmico que puedes aplicar en tus ventanas para conservar mejor el calor y conseguir que entre menos frío desde el exterior.
También conocido como lámina de ventana, funciona reflejando el calor en verano y reteniéndolo en invierno, lo que puede ayudar a mantener una temperatura interior más constante.
Se coloca directamente sobre el cristal de la ventana, limpio, seco y sin dejar burbujas de aire y no resta a la estancia luz ni visibilidad.
Aunque no proporciona el mismo nivel de aislamiento que una ventana de doble acristalamiento o con rotura de puente térmico, puede ser buena opción si vives en una casa antigua con ventanas de un solo panel.
Aislar el cajón de la persiana. Un ladrón de calor
¿Sabías que la caja de tus persianas es uno de los puntos por donde más frío entra en casa?
Se trata de un elemento al que se le suele prestar poca atención y que no está aislado, aunque hacerlo es muy sencillo.
Aunque existen paneles de aislamiento semirrígidos para el cajón de la persiana, también puedes hacerlo tú mismo con una lámina aislante flexible que se corta a medida del cajón y se coloca rodeando la persiana.
Solo tienes que recordar dejar un espacio abierto para que la persiana pueda subir y bajar, sellar las juntas del panel con cinta autoadhesiva y fijarla para que no se mueva dentro del cajón.
Refleja el calor. Paneles reflectantes para radiadores
Existe una forma muy sencilla de optimizar la salida de calor de tus radiadores: usar paneles reflectantes.
Se trata de láminas flexibles fabricadas con una superficie metálica y una capa de espuma aislante que se coloca detrás del radiador, en la pared, y se sujeta con cinta adhesiva.
Esta lámina “aísla” el radiador de la pared, evitando que el calor se disipe al llegar a ella y haciendo que “rebote” para aprovecharlo al máximo.
Cinco láminas, que son suficientes para cinco radiadores estándar, cuestan unos 40 euros, incluyendo rollos de cinta adhesiva e instrucciones. Pero esta medida nos permitiría tener amortizado el desembolso desde el segundo mes. Otra ventaja para el consumidor es que este producto es fácil de encontrar en tiendas de bricolaje.
Burletes para puertas. Evita el frío que se cuela por debajo de la puerta
Los burletes son tiras de tela o de goma que se colocan en los bordes de puertas y ventanas para evitar que entre el frío por los huecos que quedan en el suelo o en los laterales de la puerta.
Suelen ser autoadhesivos y, además de evitar que salga el calor y entre el frío, también pueden aumentar el aislamiento acústico o evitar que entre polvo.
Puedes encontrar burletes de espuma, que se adaptan con facilidad a todo tipo de puertas y ventanas, de caucho, más resistentes y con más capacidad de aislamiento, de silicona o de escoba o bajo puerta, que integran cerdas parecidas a un cepillo, para que la puerta abra y cierre con facilidad.
Textiles: aliados sorprendentes para aislar tu casa
Las cortinas y los textiles pueden ser una forma efectiva de conservar el calor en tu hogar.
Las cortinas pesadas, de tejidos gruesos, como terciopelo o sarga y especialmente las que están forradas con un material aislante, pueden ayudar a mantener el calor en el interior durante el invierno.
Además, pueden bloquear las corrientes de aire frío que pueden entrar a través de las ventanas.
Las alfombras y las mantas también pueden añadir una capa extra de aislamiento, ayudando a mantener el calor en el interior, sobre todo con suelos de baldosas, que son fríos al tacto.
Mantas, ropa y calientapiés. La eficiencia del calor corporal.
Los textiles, además de dar una apariencia más cálida a tu casa, pueden ser esenciales para mantener el calor corporal, especialmente si pasas muchas horas sentado.
En lugar de calentar todo el entorno, el truco es calentar lo más próximo a tu cuerpo. Para ello puedes optar por prendas gruesas y de materiales que conservan el calor, como los calcetines y jerseys de lana, las prendas de forro polar o de punto.
Pero además de usar ropa térmica, puedes usar calentadores de bolsillo, que funcionan con batería. Puedes llevarlos en el bolsillo, de forma que notarás un par de grados más.
También puedes recurrir a mantas eléctricas, calientapiés o inclusos alfombrillas calefactables para el escritorio. Los modelos actuales incorporan sensores de apagado automático cuando el aparato lleva cierto tiempo encendido o alcanza la temperatura previamente fijada.
Otros consejos para mantener el calor
Cuando las temperaturas bajan, encontrar maneras efectivas de mantener nuestro hogar cálido se convierte en una prioridad.
Además de los recursos que te he contado hasta ahora, hay algunos consejos que te ayudarán a mantener sin mucho esfuerzo el calor en casa durante los meses más fríos del año.
Ventilar no significa perder calor. Al contrario de lo que parece, ventilar, cuando se hace bien, no hace que se pierda el calor en casa, sino que hace más fácil mantener un ambiente caldeado.
Cuando ventilas evitas que se acumulen las humedades por condensación que, además de favorecer un ambiente poco saludable, hacen que la sensación de humedad sea más desagradable.
El mejor modo de ventilar es abrir la ventana por completo durante unos minutos, en vez de abrir una rendija durante un tiempo prolongado.
Puertas cerradas. Cerrar las puertas de las habitaciones que no estás usando te ayuda a calentar más rápido cada estancia y mantener el calor en el punto de la casa que necesitas en cada momento.
Y cuando optas por calentar solo algunas estancias de la casa, evita que el frío de las que no estás calentando se propague.
Revisa periódicamente tu sistema de calefacción. Si tienes una instalación fija de calefacción en casa, un mantenimiento regular reduce la aparición de averías imprevistas y mejora su eficacia.
Distribución inteligente del calor. ¿Has instalado ventiladores de techo recientemente? Úsalos en modo inverso para redistribuir el calor acumulado en el techo hacia el resto de la habitación.
Aprovecha la luz solar. Abre las persianas y cortinas durante el día para dejar entrar la luz y el calor del sol y ciérralas por la noche para evitar que el calor que has generado durante el día se pierda.
Calentar tu hogar y conseguir una temperatura agradable no tiene por qué ser una tarea costosa ni complicada.
Con estos consejos y recursos, puedes lograr una temperatura confortable, adaptándote a las necesidades específicas de tu espacio y tu estilo de vida.
Pero, recuerda, cada hogar es único y lo que funciona para uno puede no ser ideal para otro. Por eso es importante que evalúes las características específicas de tu vivienda y tus propias circunstancias personales y familiares para identificar las mejores estrategias para mantener el calor dentro de casa y dejar al frío fuera.
¿Te gustaría compartir tus propias experiencias y trucos? Haz clic aquí y cuéntame qué haces tú para mantener el calor en casa.