Muy a pesar de lo que les gustaría a los amantes del verano y las temperaturas cálidas, llevamos casi un mes de otoño y el tiempo empieza a hacérnoslo notar. Cada vez refresca más y esa chaquetita que llevábamos encima “por si acaso”, ahora pasa la mayor parte del día con nosotros. Vivimos en un país con una gran diversidad de temperaturas y, frente a zonas del sur que todavía conviven con la manga corta, también se encuentran esas zonas del centro y norte de la península en las que van quitando el óxido a sus calderas y calentadores de gas. Es ahí cuando entran en juego nuestros amigos los termostatos de ambiente.
¿Quién no ha tenido que “pelear” alguna vez con las personas con las que convive por subir o bajar unos grados la calefacción? Os suena, ¿verdad? Pues hoy queremos hablaros de esa pieza tan importante en la regulación de la temperatura de vuestro hogar. Os contamos exactamente qué es un termostato de ambiente y todo tipo de información sobre ellos: cómo funcionan, cuáles son las ventajas que ofrecen, qué tipos hay, dónde debemos colocarlos, etc…
¿Qué es un termostato de ambiente y cómo funciona?
Un termostato de ambiente es un aparato o accesorio de la caldera a través del cual podemos regular la temperatura en la vivienda. Es un dispositivo casi imprescindible en aquellas instalaciones de calefacción individual; por ejemplo, por radiadores o por suelo radiante. Su finalidad es controlar los grados de la zona donde están instalados y conseguir exactamente la temperatura deseada.
En los casos en los que no se dispone de un termostato de ambiente, lo único que podemos “manejar” nosotros como usuarios para poder regular la temperatura son los botones de la propia caldera. Sin embargo, de esta forma tendríamos una temperatura fija de la que tendríamos que estar pendientes si la temperatura exterior varía, puesto que sería el momento de subir o bajar la de nuestra caldera con el fin de adaptarla a nuestras necesidades reales.
Al tener un termostato de ambiente, nosotros le decimos a cuántos grados queremos que esté el habitáculo y, automáticamente, el termostato da la orden a la caldera para que arranque y produzca el agua caliente que pasará por los radiadores a la temperatura que seleccionamos en el termostato. ¿Cuándo se apaga? Dependerá del tipo de instalación, pero siempre habrá dos casos posibles: que la caldera se apague por orden del termostato de agua que está en la misma caldera, cuando esta ya ha recorrido toda la casa y ha vuelto o, en el segundo caso, cuando el termostato de ambiente da la orden a la caldera porque detecta que la estancia ya está a la temperatura que habíamos seleccionado.
Ventajas y beneficios de tener un termostato de ambiente
- Mantiene la temperatura de la estancia estable. Se acabó el pasar en cuestión de 10 minutos de taparnos hasta arriba con la manta a buscar una camiseta de manga corta porque no atinamos con la temperatura correcta.
- No hay que modificar la temperatura desde la caldera, por lo que ganamos en comodidad. ¿Te imaginas estar viendo una película tan a gusto en tu sofá y notar como se te empiezan a enfriar las manos? “Iré a subir la temperatura de la caldera”, piensas. Pues esto ya no será necesario si instalas un termostato de ambiente en tu vivienda, ya que no tendrás que levantarte, sino simplemente ajustar la temperatura desde el propio aparato.
- En días calurosos, el termostato de ambiente reduce o apaga la caldera de forma automática. No tendrás que estar pendiente de hacerlo tú.
- Como consecuencia de la ventaja anterior y, de hecho, la que consideramos la más importante, reduciremos notablemente el consumo de energía y, por tanto, ahorraremos dinero en nuestra factura. Con el termostato de ambiente, reducimos los picos de consumo que se suelen dar cuando una casa se enfría demasiado y necesita esos momentos puntuales de subida de temperatura puesto que, directamente, el hecho de tener una temperatura estable, hará que los muros de la vivienda no lleguen a enfriarse demasiado.
Lo que suele ocurrir cuando no tenemos termostato de ambiente y comenzamos a notar que la vivienda está demasiado caldeada es que, cuando vamos a apagar la caldera, ya hemos gastado gas en exceso. Puede que hayamos estado calentado las estancias entre 2 y 4 grados más de lo que en realidad necesitábamos. Esto supone un pico en cuando al gasto energético que, teniendo el termostato de ambiente, no ocurriría. La caldera se habría apagado automáticamente.
En cualquier caso, el RITE (Reglamento de Instalaciones Térmicas en los Edificios) establece que la temperatura “comfort” en invierno es entre 21°C y 23°C. En el caso de los locales, la temperatura máxima debería ser de 21°C para que se considere confortable. Estos parámetros son los que se considerarían adecuados o estándar. No obstante, cada persona percibirá o le afectará la temperatura de forma diferente y puede necesitar que esta sea algo superior para considerarla adecuada.
Tipos de termostatos de ambiente
- Termostato analógico: Son los de toda la vida. Seguro que en la casa de algún familiar o amigo has visto el típico termostato de ruedecita. Estos son los analógicos. Funciona de manera continua, día y noche, y suelen estar ubicados en la pared. Su precio es económico y requieren de cableado por toda la casa entre la caldera y el termostato.
- Termostato digital: Son más avanzados que los analógicos y constan de una pantalla LCD donde se muestra la temperatura de la vivienda en el momento actual y diferentes botones con los que poder modificarla.
- Termostato programable: el hecho de poder programar un termostato de ambiente hace que resulte muy cómodo y sea una de las mejores elecciones desde nuestro punto de vista. Este termostato se coloca en la pared si ya tenemos cableado o también tenemos la opción de elegir uno inalámbrico. Obviamente, a lo largo del día va variando la temperatura y, por tanto, las necesidades de calor de nuestra vivienda serán diferentes. Con este tipo de termostato podemos decirle, por ejemplo, que mantenga la estancia a 23 grados durante unas horas determinadas al día y que en otras la reduzca o directamente apague la caldera. Una forma muy práctica de reducir el consumo.
- Termostato inalámbrico: se trata de un termostato más rápido para instalar que el resto de modelos en cuanto a tecnología se refiere. ¿Cómo funciona? Conectamos un receptor a nuestra caldera y colocamos el termostato donde queramos, ya que no es fijo ni tiene por qué estar en una pared. Nuestro termostato enviará la señal a la caldera mediante radiofrecuencias. Resulta especialmente útil para encontrar el mejor sitio de referencia para la temperatura del hogar. Además, evita poner cables por toda la casa.
- Termostato wifi: Los termostatos con wifi son también inteligentes gracias a sus funciones extra que le otorgan un plus. Aumentan en 4% el rendimiento de tu caldera. ¿Qué pueden llegar a hacer estos termostatos? Un ejemplo muy claro es el de poder dar la orden a tu caldera desde cualquier parte del mundo. Sí, así es. A través de una app móvil conectada a su termostato (Android | Apple), puedes ver a qué temperatura está tu hogar y modificarla para que cuando llegues a casa del trabajo, la vivienda ya esté caldeada. Interesante, ¿verdad?
Sea del tipo que sea nuestro termostato, sobre todo si son fijos, se recomienda que estos dispositivos se ubiquen en zonas representativas de la casa, a una altura de entre 1,5 y 1,7 metros del suelo e, importante, alejados de fuentes de calor o frío.
Fallos comunes de los termostatos de ambiente
Como cualquier aparato, a pesar de que su funcionamiento sea bastante sencillo, también existe la posibilidad de que se estropee o falle. Alguno de esos fallos más comunes se dan por el desgaste de las pilas del termostato. Ocurre a menudo que, al ser muy pequeñito, no se aprecia el icono que nos avisa de que la pila se está gastando.
Otro de los fallos relacionados con los termostatos de ambiente vienen dados por una mala conexión entre el aparato y la placa electrónica de la caldera. Pueden provocar daños en este componente cuya sustitución puede rondar los 400 €. Antes de conectar el termostato con la caldera se debe consultar si son compatibles.
También puede romperse directamente el termostato, lo que implicaría la sustitución del mismo, puesto que este tipo de aparatos no tienen reparación.
Si el anterior es tu caso o simplemente quieres cambiar de termostato para mejorar sus condiciones, en ClimátiCO nos encargamos de la venta e instalación de estos dispositivos de forma profesional.
Llámanos y solicítalo o realízanos cualquier consulta sobre termostatos compatibles con tu modelo de caldera en el 644 724 633.